CANFRANC


Dejarnos llevar a cualquier lugar del Pirineo

y seguir descubriendo sus sendas

siempre es un placer para los sentidos.

Paisajes inmensos, sinfonías de olores,

formas y colores de una Naturaleza seductora,

cuya brisa nos envuelve y enmudece

para que, nuestras palabras, no enturbien su lenguaje.


Volver a Canfranc siempre es un regalo;

su estación, su historia, sus leyendas, sus mitos, …

protagonista indispensable e indiscutible

de momentos de plenitud capturados en la retina,

de recuerdos destilados por la memoria

que forman parte del álbum de recuerdos de nuestra vida.

Tras veinte años caminando juntos,

compartiendo miradas que rompen silencios,

he elegido el lugar perfecto de uno de esos momentos para no olvidar.

Aquí, en Canfranc, alzo mi copa y brindo contigo

por muchas sendas infinitas por las que transitar.


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