SIN SENTIDO(S)


Mi mirada capta la instantánea

de la quietud

de un día soleado de agosto

en plena montaña.

Solo el caminar de las vacas

y el vuelo de las aves

ponen movimiento

a la imagen estática que hay ante mí.

Verde paleta cromática

verde prado

verde bosque

verde vida

verde paz.

Mis oídos perciben

el sonido de la brisa

susurrante,

el sonido del silencio

apenas roto por el canto de los pájaros,

algún graznido acompasado

y el lejano tintineo

de los cencerros del ganado.

Huele a inmensidad,

a nada,

a fresco,

a sol,

a tierra y agua.

Huele a verde.

Huele a libertad.


Pero el sabor es agridulce.

Las noticias recientes

traen amargura al cielo de mi boca,

nubes grises a las cuencas de mis ojos

y gélida palidez a cada poro de mi piel.

Mi pensamiento lleva días secuestrado

en un lugar llamado Kabul.

Contemplo el paraíso ante mis ojos

Y me estremezco al pensar

que también de este lugar un día

muchos huyeron

dejando atrás su pueblo,

la que hasta entonces era su vida,

privando a sus ojos

de la belleza de una tierra

tan bonita y tan querida.

 


Aunque la tierra escupa fuego,

la ciudad se vista de hielo,

o el agua inunde las calles,

ojalá a nadie le falte un techo bajo el que cobijarse.

Cuando aceche el peligro

la única salida sea la huida

y el futuro flote a la deriva

Ojalá haya un abrazo que te amarre la vida.

 

Ojalás que esconden dudas.

Ojalás que esconden nuncas.

                                                             Pirineo Aragonés, Agosto 2021


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