La hoguera de San Juan

En la noche de San Juan
voy a prender una hoguera
para deshacerme de todo aquello
que borrar de mi vida yo quisiera.

Quiero quemar los lastres
que mancillan mi persona
las envidias,
los celos,
los rencores y los miedos
que coartan mi libertad,
que coaccionan mi personalidad,
que pretenden hacer de mí
un esperpento de lo que nunca fui.

Quiero que arda en sus llamas
la ignorante intransigencia
del intolerante,
del machista,
del xenófobo y del racista,
que el dolor de sus torturas,
desprecios y humillaciones
los sientan, palpitar,
en sus corazones
y por querer matar de miedo
¡qué mueran ellos de amor!
de amor a borbollones.

Me desharé también de la pereza,
la decepción,
la frustración y el descontento,
del “tiro la toalla”,
del “no valgo para nada”,
del “para qué sirve”,
y del “ya es tarde para eso”,
porque solo yo
debo elegir el camino hacia mi destino,
porque solo persiguiendo mi sueño
conseguiré acercarme a él,
porque, cuando no las pueda saltar,
bordearé las piedras del camino,
porque nunca es tarde para hacerlo bien,
ni para llegar,
ni para estar,
ni para ser.

Quiero quemar los grilletes sociales,
todas las cadenas,
las físicas y las mentales,
las mentiras,
las farsas,
todo aquello que ahoga libertades.

Y mañana,
cuando todo se haya reducido a cenizas,
despertaré
libre
para arder
de deseo
en tus brazos.

Sinkope: Quemando recuerdos, penas, sueños y otros enseres