París

Inmenso, ostentoso, clásico, romántico, melancólico,... especial.
Pero el sol no se vino en la maleta. Dejó su lugar a las nubes negras que lloraban constantemente, empapándonos de tristeza -mientras nosotros reíamos- y siendo testigos de que, pase lo que pase, siempre nos quedará París y un grato recuerdo.

Ateca

Dónde hay tiempo para todo y no queda tiempo para nada.

El día amanece entero, libre, completo, todo a mi disposición: desde la fresca y soleada mañana hasta la cálida noche de terraza. Todo un día para hacer lo que me apetezca, que son muchas cosas. Para hacerlo todo sin orden, sin prisa, sin obligaciones. Y así lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo y la semana termina con la sensación de que te ha faltado tiempo, que se han quedado muchas cosas por hacer, de que ha sido una semana muy corta. Pero la semana termina dejando en mí el buen sabor de haber disfrutado de mi tiempo, de mis hobbies, de mi familia, de mi casa y de mi pueblo.